martes, 3 de noviembre de 2009

No sólo nieva en Suecia (O de las peripecias del Estado de Bienestar)

Un pelo nos faltó la pasada Navidad para, acogiéndonos a una tentadora oferta, echar la Navidad en Suecia. El frío, junto con otras consideraciones, nos hizo recular. La nieve, de todas formas, también llegó a casa para finales de enero. El sonido de mis pisadas sobre la nieve me resulta sólo comparable al del batir del mar.

Suecia ha sido el país que más ha avanzado en la senda del Estado del Bienestar. Un Estado tal que se hizo rayano el socialismo. Como es bien sabido, el problema de este tipo de Estado consiste en su congénita tendencia al crecimiento desproporcionado. El caso de Suecia es casi tan aleccionador como el de 1989. El corolario de 1989, sería, como ya ha dicho otra gente, que el comunismo asegura la igualdad a costa de la prosperidad, y el capitalismo asegura la prosperidad a costa de la igualdad; veamos qué podemos concluir del fiasco sueco.

Los precedentes son los siguientes. Suecia era (hasta los '70) la segunda economía de Europa (tras Suiza); regía una baja presión fiscal (inferior a la de Francia, Alemania e, incluso, a EE.UU.); poseía un reducido sector público (inferior al británico y al estadounidense). Entonces, la socialdemocracia, en el poder, dio un violento golpe de timonel.

1. De 1960 a 1990, la carga tributaria pasó del 28 al 56% del PIB. (De ser inferior a la de la OCDE en un 2'1% a ser superior en un 54'1%).

2. Esto permitió financiar un descomunal Estado del Bienestar. El gasto público pasa del 31% al 60%.

3. El empleo público se triplicó durante esos años. En concreto, entre 1965-85, el empleo en el sector privado disminuyó en 270.000 personas mientras el público crecía en 850.000.

Resultados:

1. Los impuestos y los rígidos acuerdos salariales redundaron en perjuicio para las rentas más bajas, pertenecientes, normalmente, a trabajadores poco cualificados. Éstos, sobre todo, pagaron el pato del poco empleo que se generó (que, además, era, en buena medida, público). Entre los años 60-90, Suecia generó un 25% de empleo; EE.UU., un 81%.

2. Entre 1990 y 1993, la cosa peta definitivamente. El PIB per cápita cae más de un 6%. Se pierden más de medio millón de empleos. El paro llega a la desconocida cifra del 13%.

3. Como consecuencia, el gasto público se dispara hasta llegar a más del 72% del PIB. El Estado sueco se reconoce incapaz de continuar con dicho nivel de gasto. El sueño ha acabado.

La senda de las reformas adoptadas es previsible. Hubo, claro, una profunda reforma del sistema fiscal y del sistema de subsidios y una reducción del sector público, materializada tanto en educación como en sanidad en el famoso voucher, el cheque de Friedman. El sistema de pensiones se ha reformado "a la chilena"; el ahorro obligatorio es el 18'5% del salario bruto, del que el 16% va a un sistema estatal, pero el sujeto dispone libremente del 2'5% restante para suscribir el plan de pensiones privado que desee (de los 700 autorizados). La pensión, además, se calcula de tal manera (diviendo las cotizaciones de toda la vida entre los años estimados de esperanza de vida) que incentiva la permanencia en el trabajo.

Estas reformas han sido respetadas tanto por el partido liberal como por los socialdemócratas cuando, con los años, volvieron al poder. Lo curioso de todo esto es que los ciudadanos no han perdido prácticamente prestaciones y, además, han ganado, gracias al voucher, en libertad de elección. Supongo que hay, dado que la presión fiscal ya no es voraz, una mayor desigualdad económica. No problem. Ése es un punto del liberalismo clásico que acepto: me repugna la miseria en términos absolutos; la desigualdad, aun grande, no. Contemplo con envidia las grandes rentas, no lo niego, pero no veo injusticia en ello. No permitamos que haya quien muere bajo un puente; no impidamos que se goce de los frutos del propio esfuerzo, intrepidez o, por qué no, suerte.

Esta Navidad tampoco iremos a Suecia, pero, eso seguro, cuando nieve, iré a sentir el sonido de mis pisadas.

(La foto, como siempre, me la hizo Ana).

6 comentarios:

  1. Hola NSS. Te escribo casi sin tiempo, pero al menos aprovecho para felicitarte por tus entradas sobre el bono de la enseñanza y esta de Suecia. Podría entrar a debatir, pero ya te digo, voy volado. Sólo un par de dudas: lo del bono en educación, además de lo que apuntas sobre el inadmisible beneficio a las entidades eclesiásticas, que no educan sino que adoctrinan en cuanto pueden, deja también abierta la cuestión de la selección del personal, que si en la Universidad hasta hace cinco años ha sido nefasta, en secundaria, en cambio, por lo que puedo saber, ha surtido buenos efectos (yo he tenido mejores profes en el instituto que en la Uni)

    La siguiente: ¿y cuando esa 'alta renta' no es fruto del esfuerzo, el sacrificio, el mérito, la capacidad o la suerte, sino del fraude, del trabajo ajeno, la especulación, etc. (o sea del empobrecimiento y sometimiento de tu semejante)? Entonces, qué te parece esa 'alta renta'? Porque para mí casi todas tienen ese origen ilegítimo, tanto si te asomas a la historia como si examinas este presente de encadenamiento al proceso productivo para pagar tus deudas...

    Hoy me he acordado de ti leyendo a Wesseling: esa historia colonial reciente que me mencionabas tiene más años que tú y que yo. Ahí está para demostrarlo Henri Brunschwig, 'Mythes et réalités de l'Imperialisme colonial français, 1871-1914', texto de 1960. Y digo yo, ¿el hecho de que al final el negocio resultase deficitario demuestra acaso que la intención que lo puso en marcha no era la del beneficio?

    Saludos!

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  2. Qué alegría verte de nuevo por aquí, Dick. Entiendo tu premura, todos vamos mal de tiempo, bastante con sacar un ratillo para comentar o escribir en blogs ajenos o propios. Gracias, pues.

    Sí, no traté la cuestión de la selección de personal docente cuando la educación se vuelve completamente privada porque el bono puede aplicarse a la pública también, o, como ahora, a la dualidad entre pública y privada. Efectivamente, el hecho de que el personal de primaria y secundaria sea seleccionado mediante oposición ha resultado beneficioso. No es un sistema ideal, pero ha resultado ser el mejor. En la educación superior la cuestión es más compleja. La instauración de la ANECA venía a solucionar el problema central, el de la endogamia, pero, a cambio, ha instaurado una arbitrariedad considerable, dado que sus criterios son sumamente oscuros. Con todo, creo que la situación ha mejorado sustancialmente.

    No creo que todas las grandes rentas vengan manchadas de la sangre asiática y africana. Y no lo creo porque sí creo que la situación de esos países se debe mucho más a razones internas que al ya lejano colonialismo. Hay un dato que considero fundamental: antiguas colonias son actualmente economías poderosas y países prósperos. Otros países, desgraciadamente, son sistemáticamente expoliados por las elites dirigentes o en los llamados estados fallidos se desangran en guerras intestinas; y no hacemos falta los occidentales. Estoy pensando en Somalia y sus piratas, por ejemplo.

    Mi comentario acerca de que el imperio británico le costó dinero a la metrópoli venía a cuento de que no es tan sencilla la historia del mercado a la búsqueda de su ampliación sin miramientos. El colonialismo buscó en gran medida prestigio, aun cuando hubiera que poner dinero. Lenin simplificó la cosa. Quiero decir con esto que no es que el negocio resultó poco rentable, es que ni tan siquiera comenzó por pretenderlo.

    Sé que Rodríguez Braun no es santo de tu devoción, pero hace un análisis, por si te interesa, en "La cuestión colonial y la economía clásica". En el mismo sentido escribe Leandro Prados de la Escorusa en "De imperio a nación".

    Le echaré un vistazo a Brunschwig, aparte,claro, de Wesseling. Y a ver si en breve concluyo algo sobre el estado benefactor prusiano, me dejaste tocado con eso.

    ¡Un abrazo!

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  3. Hola.
    Te comento poco pero te leo siempre.Tienes tanta capacidad de análisis y tanto conocimiento que me abrumas y me dejas sin palabras.
    Me gusta los documentados enfoques que das tu forma de "sacudir" las mentes.
    Por aquí habrá nieve enseguida.
    ¿sabes una vez estuve en Finlandia?
    Sigo investigando "tu problema"

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  4. Álex, es siempre una gozada verte por aquí. Comentar, lo sabemos todos, requiere tiempo, que es lo que a todos nos falta, así que todos tranquilos.
    Admito que me han salido unas entradas últimamente algo sesudas y pedantescas. Obviamente, aprovecho mis apuntes de aquí y de allá, no todo está en mi cabeza. En el fondo sé muy poquito.
    Sí, a ti te visitará la nieve dentro de poco. Para ti, supongo, un incordio, para mí, un mágico acontecer.
    Y sí recuerdo que fuiste a Finlandia, aunque sólo recuerdo que buceaste por aguas congeladas, ¿me equivoco? Ya me contarás. Un fuerte abrazo y pégale fuerte; jo ta ke, irabazi arte, ¿se decía así?

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  5. Sólo por si quieres echarle un vistazo. Me temo, querido amigo, que las cosas siempre están más interrelacionadas de lo que el individualismo quisiera admitir:

    http://blogs.publico.es/dominiopublico/1623/los-verdaderos-piratas/

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  6. Hay en esa misma noticia, Dick, comentarios bastante lúcidos.
    Con todo, estoy de acuerdo con un argumento fundamental del columnista: los pescadores vascos han esquilmado nuestros caladeros y ahora hacen lo propio en el Índico. Aun así, me parece excesivo sugerir que faenan en aguas somalíes,¿se tienen datos para esa acusación? Las aguas internacionales, según el Derecho Internacional, son de todos.
    En Somalia, tanto la ONU como EE.UU. han intentado la pacificación, y si ha resultado imposible y, como consecuencia, Somalia ha continuado siendo un Estado fallido, se debe a los señores de la guera, muchos de ellos financiados por poderosos grupos terroristas islámicos. Desde allí, desde Somalia, se planearon los ataques terroristas a las embajadas norteamericanas de Kenia y Tanzania. A ese respecto, el periodista de Público prefiere hacer mutis por el foro.

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