miércoles, 18 de noviembre de 2009

El debate de hoy: el aborto

Judith Jarvis Thomson («Una defensa del aborto») platea:

«Usted se despierta una mañana y se encuentra en la cama con un violinista inconsciente. Se le ha descubierto una enfermedad renal mortal, y la Sociedad de Amantes de la Música ha consultado todos los registros médicos y ha descubierto que sólo usted tiene el grupo sanguíneo adecuado para ayudarle. Por consiguiente le han secuestrado, y por la noche han conectado el sistema circulatorio del violinista al suyo, para que los riñones de usted puedan purificar la sangre del violinista además de la suya propia, y el director del hospital le dice ahora a usted: «Mire, sentimos mucho que la Sociedad de Amantes de la Música le haya hecho esto, nosotros nunca lo hubiéramos permitido de haberlo sabido. Pero, en fin, lo han hecho, y el violinista está ahora conectado a usted. Desconectarlo significaría matarlo. De todos modos, no se preocupe, sólo es para nueve meses. Para entonces se habrá recuperado de su enfermedad, y podrá ser desconectado de usted sin ningún peligro.» ¿Le incumbe a usted moralmente acceder a esta situación?»

Respuestas:

(a) No estoy moralmente obligado a mantenerme enchufado durante 9 meses al violinista porque yo tengo derecho a disponer de mi propio cuerpo.

(b) No estoy moralmente obligado a mantenerme enchufado durante 9 meses al violinista porque yo no elegí enchufármelo.

(c) Una vez que el violinista ha sido enchufado, estoy moralmente obligado a mantenerme así los 9 meses siguientes; en caso contrario, comentería un crimen.

Consideraciones:

La respuesta (a) me parece incorrecta, dado que no creo que el derecho a disponer del propio cuerpo pueda prevalecer sobre el derecho a la vida de otra persona. Debería acompañarse, en todo caso, una definición escrupulosa del derecho a disponer del propio cuerpo y del derecho a la vida.

La respuesta (b) me parece incorrecta, dado que no creo que la manera en la que el violinista ha llegado a estar enchufado a mis riñones constituya un dato relevante para decidir si desenchufarlo constituye un crimen o no.

Al contrario de lo que pensé durante mucho tiempo, actualmente me decanto por (c).

Ahora bien:

El símil con el embarazo y el aborto es, claro, imperfecto. Dado que el violinista fue enchufado sin mi consentimiento, sólo ejemplificaría un aborto por razón de violación o de fallo de anticonceptivos.

Para ejemplificar el fallo de los anticonceptivos se me ocurre alargar la historia: a sabiendas de que la Asociación de Amigos de la Música andaba detrás de mí con esas intenciones, tomé todas las precauciones razonables para evitarlo, sólo que fallaron. Yo a esto diría que todos somos conscientes de que cualquier método anticonceptivo puede fallar alguna vez. No sería un argumento válido, pues, el que dado que mi embarazo sucedió a pesar de mis esfuerzos en contra, el aborto no es moralmente reprobable.

Sobre la justificación del aborto por violación, repito mi rechazo a la respuesta (b): ¿el derecho a la vida de un feto depende de la manera en la que llegó al útero? ¿Qué aspecto moralmente relevante puede suponer la manera en la que se produjo la cópula?

Eso sí, como se aprecia, el símil del violinista parte de una persona adulta y, por tanto, de un sujeto con derecho a la vida. Soslaya, así, a mi modo de ver, el aspecto fundamental del problema, el de cuándo el feto comienza a ser humano y, por tanto, a tener derecho a la vida. Con todo, es interesante en cuanto dilema ético en sí y, además, en cuanto que sí representa importantes aspectos del aborto en caso de violación o fallo de anticonceptivos. Aparte de que muchos de estos abortos se producen en meses avanzados de la gestación. (En España, el plazo legal para el caso de violación es de 12 semanas y de 22 para el de malformación fetal; no hay limitación temporal, sin embargo, para el de grave riesgo de enfermedad física o psíquica del feto. Con todo, esta ley quedará en breve anticuada).

Si se me regala un nuevo atardecer como el de hoy, prometo nuevas reflexiones.

1 comentario:

  1. El símil del violista nos hace reflexionar.
    Creo que sólo las mujeres deben decidir sobre qué hacer con su cuerpo. Bastante desgracia tienen ya con elegir un camino doloroso y frustrante como es el abortar, porque no creo que sea nada agradable y que se haga por gusto, para que encima haya colectivos que quieran penalizar el asunto.
    Yo siempre digo que estoy en contra del aborto, pero todavía estoy más en contra de que lo criminalicen gente que nunca han criticado en serio una guerra y que en muchos casos están a favor de la pena de muerte. Eso se llama hipocresía pura y dura.
    Salutem.

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