"Mientras que el acuerdo entre los Estados Unidos y Corea del Norte en materia nuclear se podría llamar con propiedad una "rendición negociada", la capitulación de los Estados Unidos ante China y otras potencias asiáticas en cuestión de derechos humanos puede considerarse una rendición incondicional". ¿De quién es la afirmación?
Andaba por Cataluña cuando leí en un periódico local la noticia de que los jueces llamarían a las familias africanas, residentes en la región, que, teniendo hijas, pasaran sus vacaciones en sus países de origen: querían cerciorarse de que no cometían un fraude de ley, es decir, de, bajo la apariencia de unas vacaciones, marchar para practicarle la ablación del clítoris a las niñas. Al parecer, algunos vecinos habían alertado de la situación. Me subo con ese runrún al barco que me adentra en el Delta del Ebro, y se lo traslado a Ana mientras ella me hace fotos: ¿Tú crees que los Derechos Humanos son, básicamente, moral Occidental?
Yo, por supuesto, estoy convencido de que el mundo sería un lugar mucho más agradable si se respetara la Declaración de Derechos Humanos; ahora bien, tampoco pretendo que ésta posea un fundamento filosófico tal que la haga inmune a toda crítica o revisión. Si bien es cierto, repito, que considero los Derechos Humanos una cuestión casi de sentido común para mejorar la vida de toda persona, permito, también, la discrepancia.
Para empezar, ¿quién, dónde y cuándo aprobó la Declaración? En 1948, tras la II Guerra Mundial, en la ONU, con 48 votos a favor, 0 en contra y 8 abstenciones. ¿Abstenciones? Países del bloque socialista (por lo de la propiedad), Arabia Saudí y Sudáfrica. Es un dato: 48 países de las casi 200 que existen actualmente.
En general, a día de hoy, creo que podemos afirmar que las civilizaciones no occidentales han percibido la Declaración como un código moral occidental, y no se han sentido demasiado identificadas con ella. Cuando EE.UU., con Clinton, amenazó a China por su conculcación sistemática de los Derechos Humanos, China contestó humillando al secretario de Estado americano. Japón se apresuró a declarar que no permitirían que "nociones abstractas de derechos humanos" afectaran a sus relaciones con China - el primer ministro japonés dixit, por cierto, poco después de la matanza de Tiananmen - .
En 1994, no hace tanto, Nixon dijo: "Actualmente, el poder económico de China hace imprudentes los sermoneos de los EE.UU. sobre derechos humanos. Dentro de una década los hará inoperantes. Dentro de dos décadas, ridículos." Añadamos que en la ONU se ha demostrado no poder aprobar resoluciones contra la violación de DD.HH. en Irán o Birmania. Ni tan siquiera se ha podido condenar la brutalidad India en Cachemira. Turquía, Argelia, Colombia, Indonesia han escapado también a la crítica.
En 1993 se celebró una Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en Viena (una ciudad, creo que lo he dicho aquí alguna vez, que me subyuga). Dos meses antes de la inútil conferencia, varios países asiáticos se reunieron en Bangkok y aprobaron (sin mayores fisuras) una declaración en la que se leía que los Derechos Humanos se deben considerar "en el marco de las particularidades nacionales y regionales y en el contexto de los bagajes históricos, religiosos y culturales".
La cuestión es que desde la Declaración de DD.HH., en 1948, están en primer plano países no impregnados de las tradiciones judeo-cristianas y del derecho natural. Esa situación sin precedentes definirá, también, la nueva política internacional de derechos humanos. También multiplicará las ocasiones de conflicto.
¿Significa la insistencia en las tradiciones propias que se debe hacer la vista gorda ante la ablación del clítoris africana, los matrimonios concertados de niñas africanas y asiáticas o los (parece que éstos extintos) pies de loto chinos? Sí, pinta que eso significa. Sobre todo la ablación.
Acabo con otra adivinanza. ¿Quién dijo esto?
"El problema subyacente para Occidente no es el fundamentalismo islámico. Es el islam, una civilización diferente cuya gente está convencida de la superioridad de su cultura y está obsesionada con la inferioridad de su poder. El problema para el islam no es la CIA o el Ministerio de Defensa de EE.UU. Es Occidente, una civilización diferente cuya gente está convencida de la universalidad de su cultura y cree que su poder superior, aunque en decadencia, les impone la obligación de extender esta cultura por todo el mundo."
Solución a ambas adivinanzas: Sí, se trata de Huntington, ¿pasa algo?
Para empezar, ¿quién, dónde y cuándo aprobó la Declaración? En 1948, tras la II Guerra Mundial, en la ONU, con 48 votos a favor, 0 en contra y 8 abstenciones. ¿Abstenciones? Países del bloque socialista (por lo de la propiedad), Arabia Saudí y Sudáfrica. Es un dato: 48 países de las casi 200 que existen actualmente.
En general, a día de hoy, creo que podemos afirmar que las civilizaciones no occidentales han percibido la Declaración como un código moral occidental, y no se han sentido demasiado identificadas con ella. Cuando EE.UU., con Clinton, amenazó a China por su conculcación sistemática de los Derechos Humanos, China contestó humillando al secretario de Estado americano. Japón se apresuró a declarar que no permitirían que "nociones abstractas de derechos humanos" afectaran a sus relaciones con China - el primer ministro japonés dixit, por cierto, poco después de la matanza de Tiananmen - .
En 1994, no hace tanto, Nixon dijo: "Actualmente, el poder económico de China hace imprudentes los sermoneos de los EE.UU. sobre derechos humanos. Dentro de una década los hará inoperantes. Dentro de dos décadas, ridículos." Añadamos que en la ONU se ha demostrado no poder aprobar resoluciones contra la violación de DD.HH. en Irán o Birmania. Ni tan siquiera se ha podido condenar la brutalidad India en Cachemira. Turquía, Argelia, Colombia, Indonesia han escapado también a la crítica.
En 1993 se celebró una Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en Viena (una ciudad, creo que lo he dicho aquí alguna vez, que me subyuga). Dos meses antes de la inútil conferencia, varios países asiáticos se reunieron en Bangkok y aprobaron (sin mayores fisuras) una declaración en la que se leía que los Derechos Humanos se deben considerar "en el marco de las particularidades nacionales y regionales y en el contexto de los bagajes históricos, religiosos y culturales".
La cuestión es que desde la Declaración de DD.HH., en 1948, están en primer plano países no impregnados de las tradiciones judeo-cristianas y del derecho natural. Esa situación sin precedentes definirá, también, la nueva política internacional de derechos humanos. También multiplicará las ocasiones de conflicto.
¿Significa la insistencia en las tradiciones propias que se debe hacer la vista gorda ante la ablación del clítoris africana, los matrimonios concertados de niñas africanas y asiáticas o los (parece que éstos extintos) pies de loto chinos? Sí, pinta que eso significa. Sobre todo la ablación.
Acabo con otra adivinanza. ¿Quién dijo esto?
"El problema subyacente para Occidente no es el fundamentalismo islámico. Es el islam, una civilización diferente cuya gente está convencida de la superioridad de su cultura y está obsesionada con la inferioridad de su poder. El problema para el islam no es la CIA o el Ministerio de Defensa de EE.UU. Es Occidente, una civilización diferente cuya gente está convencida de la universalidad de su cultura y cree que su poder superior, aunque en decadencia, les impone la obligación de extender esta cultura por todo el mundo."
Solución a ambas adivinanzas: Sí, se trata de Huntington, ¿pasa algo?
Tengo un compañero casado con una mujer musulamana y en las vacaciones en el pais de su señora a sus espaldas le hicieron la circuncision a hijo pequeño de ambos.Verídico
ResponderEliminar¿En serio? ¿Circuncidaron a su propio hijo sin decírselo?
ResponderEliminarDos cosas: ¿Es niño? Es que, entonces, no es tan grave. ¿Y sabes de qué país se trata en concreto?
Niño y en marruecos, la bronca con la familia materna fue monumental pero pasó página, se llevo un disgusto muy gordo.
ResponderEliminarSi en el futuro tienen una niña, yo de ellos que me iba de vaciones al norte.
ResponderEliminar;) O, más bien: :(
ResponderEliminarNo es que la circuncisión masculina innecesaria y sin higiene adecuada sea deseable, pero, desde luego, poco que ver con la de las niñas. Sí, mejor, a partir de ahora, que se venga la suegra para España si quiere ver a su hija. Y que venga sin el carnicero del barrio, a poder ser.