sábado, 19 de septiembre de 2009

Gorbachov, la perestroika y la estupidez

Geremek es uno de mis personajes favoritos de toda la historia de la caída del comunismo. Un sabio. Me hice , por supuesto, la foto pertinente ante la placa en la que fue su casa del centro de Varsovia. Aquí ofrezco una del monumento que decora la Plaza Solidaridad, frente a los astilleros de Danizig. Como no podía ser de otra manera, unas anclas que claman libertad.

De origen judío, posee una de esas historias no tan escasas en la Europa Central. Esquivó el holocausto por los pelos - su padre murió en el gueto de Varsovia y su padre adoptivo consiguió sacarlo a él y a su madre de allí - . Tras ello, la lucha contra la otra dictadura, la comunista.

Gorbachov es uno de los elementos decisivos para comprender el estallido del imperio soviético. Un día, hablando con Jakivlev, consejero y amigo de Gorbachov, considerado como el padre espiritual de la perestroika, le pregunté: "Cómo es que, en un momento dado, usted y Gorbachov decidieron empeñarse en una empresa tan peligrosa?"; "Se trata de un hecho biográfico", me respondió, "he dicho cosas que no gustaban a mis camaradas, y éstos me exiliaron en Canadá como embajador. Un día Gorbachov vino a visitar Canadá. Fuimos a pasear por el campo para poder hablar libremente, sin ser controlados por los micrófonos de la KGB. Y estuvimos de acuerdo. La crisis de nuestro país era gravísima y el contaco con la realidad de Occidente, con sus actuaciones económicas, nos había convencido de que era necesario reformar profundamente nuestro sistema.

"Pero hay, además, un acontecimiento en particular que nos hizo commprender la necesidad de la perestroika. Sabe, en el comité central del PCUS había un dirigente especialmente estúpido, que no sabía nada de nada y al que se recurría cuando lo que había que hacer no era importante. Se llamaba Chernienko. A la muerte de Andropov fue precisamente él, Chernienko, quien fue elegido como secretario general del partido. ¡Era intolerable que un hombre como aquél estuviera a la cabeza de una de las dos superpotencias del mundo! Si un sistema sitúa en su propio vértice a Chernienko, quiere decir que está muy enfermo. Es por lo que Gorbachov, yo y algunos otros decidimos que era hora de reaccionar".

Cualquiera que sea el origen de la perestroika, es evidente que Gorbachov y su equipo no eran plenamente conscientes de lo que iban a provocar. Pusieron en marcha mecanismos que luego no supieron dominar. Pensaban reformar o civilizar el comunismo, y no se daban cuenta de que lo estaban matando.


B. Geremek.

1 comentario:

  1. Muy interesante no conocía la anecdota de Chernienko. Me ha gustado.

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