martes, 11 de agosto de 2009

La historia de un libro de Historia


La Polonia socialista cantó, en las calles y las aulas de todo el país, loas y alabanzas a la URSS, por supuesto, y también subrayó la inquebrantable amistad que había unido a ambos países a lo largo de la historia. Pero, claro, esto último ya planteaba algún problemilla. Uno de ellos, no menor, es que al término de la I Guerra Mundial, ambos Estados se habían enfrentado fieramente. Una vez más, la URSS pretendía ampliar sus territorios a costa de Polonia, así que aprovechó el revuelo del final de la contienda mundial para ver qué pescaba. Así pues, se produce una guerra ruso-polaca entre 1919 y 1920, cuando los bolcheviques ya están en el poder. Esta irrelevante anécdota fue declarada tabú por las autoridades socialistas polacas y nunca se contó en clase de historia. (Por cierto, la victoria polaca fue aplastante, pero ahora no vamos a eso.)

La historia de un libro de Historia muestra, como mínimo, cuán tozuda y enérgicamente se comportó Solidaridad en los tiempos duros de la democracia real. El libro, sabiamente titulado Águila Blanca-Estrella Roja, contaba la historia del mencionado enfrentamiento, y fue uno de los elegidos para ser traducido (del inglés al polaco), imprimido y distribuido por el movimiento clandestino de edición que tenía en marcha Solidaridad y otra oposición. Una noche, el autor, que vivía en Londres, recibió una llamada de teléfono que le hizo una pregunta sumamente curiosa: "¿Daría usted su permiso para que su libro se publicara sin su permiso?" La mujer, que decía hablar desde París, se explicó; la publicación clandestina (Drugi Obieg, se llamaba) protegía a los autores haciendo constar que éstos no eran responsables de las ediciones, que eran, claro, ilegales.

La traductora se puso manos a la obra bajo un pseudónimo. Se trataba de una mujer de Gdansk/Danzig, que unos años antes se había recorrido el mundo en un yate y había mejorado, así, su inglés. Su primer intento de traducción fue abortado cuando la policía irrumpió en su piso y la encarceló. El segundo intento naufragó cuando la policía irrumpió, a media noche, en la imprenta ilegal y confiscó todas las copias. Pero a la tercera fue la vencida - tras seis años de tozudez - . Al autor, que vivía entonces en California, se le había informado de todas las peripecias de la traducción a lo largo de esos años mediante unas misteriosas cartas; supo años más tarde que la informante era la hermana de la traductora. "Pura admiración era la única reacción posible. Esa gente iba ganar" dice, sobre la anécdota, el autor del libro.

(Datos: El autor del libro era Norman Davies, un especialista en historia polaca. Relata la historia en Heart of Europe. The Past in Poland's Present. La traductora se llamaba Ursula Karpinska, y utilizó el pseudónimo de Teresa Remiszewska).

2 comentarios:

  1. Muy interesante entrada y un desde luego un ejemplo de la importancia de sacar a la luz la historia de verdad por encima de un poder opresor que trata de ocultarla. Digna de admiración Ursula Karpinska. Saludos

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  2. Polonia siempre ha tenido que sufrir humillaciones e imposiciones, cuando no invasiones, de sus poderosos vecinos.
    El que nos traes aquí es un ejemplo.
    Y otros muchos, como hacerlo desaparecer del mapa como país, invadirlo y repartirselo como si de tratara de un pastel los "amigos" rusos y alemanes, etc.
    Un saludo.

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