For this part of the ride
You leave behind your sorrows.
Big wheels rolling through fields,
where sunlight streams.
Meet me in the Land of Hopes and Dreams.
Bruce Springsteen.
Es Times Square un avispero de turistas, arremolinados bajo los célebres paneles de neón. Lucen más mágicos, más hipnóticos, si se me permite, en la noche. Me cuenta un amigo nativo que hace sólo unos quince años era el lugar un rincón desolado, punto de encuentro de prostitutas y otras gentes de mal vivir. Los neones espantaron a las pécoras y atrajeron a los comerciantes y los turistas. Todo un espectáculo lumínico y fluorescente ante el que se pregunta uno, como Josep Plà, ¿esto quién lo paga?
Inmesas algunas de las tiendas que allí se asientan. En la misma calle Broadway se erige, por ejemplo, un colosal edificio de M&M's, esos pequeños bombones en forma de pastilla que, como rezaba el anuncio, se derriten en tu boca y no en tu mano. Ana, como niña que es, disfruta recorriendo sus pasillos y disfruta, también, ante su neón chillón:
Existe en Times Square el Wishing Wall, el Muro de los Deseos. Se trata de que cada cual añada a la curiosa pared, ubicada en un edificio donde compra uno entradas de teatro y tours varios, un posit con sus deseos para el año venidero. Abundan, no podía ser de otra manera, los "hacerme rico", "que me toque la lotería". Aunque, a decir verdad, son minoría ante aquellos de más elevados sentimientos: "que se encuentre cura para mi diabetes", "salud para toda mi familia", "paz en el mundo". "Felicidad para mi marido y mis hijos" decía uno con forma de corazón. Algún otro eriza la piel: "Que a mi mujer le funcione la quimioterapia". Los hay, también, de corte político: "Que le salgan mejor las cosas a Obama" -con esas u otras palabras el mensaje se repite - , aunque muy inferiores en número ante aquellos que ansían la llegada del amor: "Encontrar al hombre de mi vida", "que Johny me pida matrimonio" o, más llano pero, quizá, más contundente: "echarme novia".
Decía el gran psicólogo Viktor Frankl, que desarrolló su teoría (la logoterapia) a raíz de sus experiencias en Auschwitz, y citando al mismísimo Nietzsche, que quien tiene un por qué para vivir, siempre encuentra un cómo. He ahí, en el Wishing Wall de Nueva York, bajo el neón -cómo no- que reza Hopes & Dreams, todos esos porqués. Ojalá hayan encontrado un cómo.
Espero poder algún día poder volar a New York, la verdadera capital del mundo.
ResponderEliminarSaludos y muy buenas fotos de la noche de Times Square con sus letreros de neón.
Hay que ir, Juan, hay que ir. Aunque hay quien considera ya que la capitalidad del mundo se ha movido a Abu Dabi, Seúl o algún otro boyante lugar de Asia.
ResponderEliminarMuy buena también, por cierto, tu foto junto a los bellísimos hórreos asturianos. Mucho más chulos, dónde va a parar, que los gallegos.
Un saludo y gracias por escribir.