Hay quien puede tomarse unas vacaciones en septiembre y, claro, el viaje sale delicioso. Sin apenas turistas, con las ciudades y las gentes viviendo en su propia salsa. Las fotos salen, como pueden ver, solas. No hace falta esquivar al turista, no lo hay; no se precisa poner la vaca, pasaba por allí. No, desgraciadamente, no hablo de mí, sino de mi hermana. Este año tocó la India. Mi hermana confiesa no entender a los artistas que con pose existencialista y metafísica refieren sus diversos viajes al país, y añaden eso de que viaje tal constituye un viaje iniciático, una excursión hacia las simas de la propia alma. Ella dice, más bien, haber observado simas de suciedad e inhalado inquietantes tufos; las más sinuosas de su alma, ésas, no aparecieron.
La eclosión económica del país ha conllevado una drástica reducción del hambre, y dice mi hermana que se nota. Hambre, lo que se dice hambre, no se ve (al menos no fuera del sur del país, donde no ha estado). Los niños persiguen a los turistas, y éstos, a veces, les llevan frutan de los hoteles, pero ellos la guardan sin saber qué hacer con ella, dado que se trata más de un divertimento que de una llamada de socorro. Las calles, además, rebosan de comida, de sospechosa salubridad, pero accesible.
La suciedad sí es un problema. Se están haciendo esfuerzos por implantar el retrete, pero las gentes se han habituado a la visita al solar más que a adoptar una, para ellos, estúpida postura en una estúpida pseudosilla de porcelana. Las vacas, además, han sido prohibidas en Nueva Delhi pero continúan paseando y defecando por el resto del país. Los hombres orinan en cualquier lugar - literalmente - . Duermen, también, en cualquier lugar, incluidos los templos (mi hermana es la que adopta la preceptiva sonrisa profidén):
Si bien el país ha experimentado un crecimiento económico espectacular en los últimos años, se trata de un país al que le explotó la bomba demográfica en la cara. Afortunadamente, la explosión está bajo control y la tasa de crecimiento se encuentra estable en niveles aceptables. Eso sí, ahora a ver cómo se consiguen los servicios y las infraestructuras para la población existente.
Para mediados de este siglo podría ser que la India superara en población a China, y estará por ver si es capaz de superarla económicamente. Si yo tengo más querencia por la India que por China es porque la primera se ha alineado con el mundo occidental y la última con Rusia e Irán - o sea, con todos menos con el mundo occidental - . En el verano de 2007 tuvo lugar una concentración morrocotuda en el bello mar de la Bahía de Bengala, un lugar estratégico en el noreste del Índico, junto a Bangladesh y Sri Lanka, dos colegas de China (junto a las Maldivas, Seychelles, las Mauricio, Myanmar o Madagascar, p. ej.). ¿Saben ustedes quiénes pasearon sus barcazas junto a los indios en susodicha concentración? Los EE.UU., Japón, Australia y Singapur. Dicen que a los chinos no les hizo mucha gracia el desfile. Ya se lo digo yo a mi hermana: a pesar de la cochambre y los olores... son amigos.
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